Fuimos todo el camino hablando de lo que Danny había visto en este año en Estados Unidos. Me habló del Central Park, de los edificios de Nueva York, de los casinos de Las Vegas, del Empire state...Por fin llegamos a la casa que habían alquilado, era bastante grande, tenía un bonito jardín con muchas flores, por dentro era todo de color madera oscuro y daba un toque muy rural a la casa. Era preciosa. Saludé a los padres de Danny y a su hermanita pequeña.
- Holaa Amandaa !!! - gritó Carla, la hermana pequeña de Danny, en cuanto me vio. Me dio un fuerte abrazo y me enseñó su habitación, era monísima. Tenía 5 años y tenía el pelo castaño muy clarito y siempre iba con dos coletitas y un vestido.
- ¿Vamos a mi cuarto? - me preguntó Danny cuando su hermana me había terminado de enseñar el suyo.
- Vale - le contesté. Subimos por las escaleras de madera y llegamos al piso de arriba. Su habitación estaba en frente de las escaleras, al final del pasillo. Tenía un cartel de una calavera en la que ponía "No pasar" en la puerta.
- Tú tan hortera como siempre, eh? - le dije, ya tenía 14 años, porque se seguía poniendo eso en la puerta?
- Bah - me dijo sin hacerme ni caso. Abrió la puerta y entramos. Era una sala iluminada, la cama estaba enfrente y a los pies empezaba una mesa larga, que era más estrecha por los pies de la cama y según se alejaba se hacía más ancha, tenía una silla azul. A la derecha había un armario de madera de color marrón claro y las paredes eran de azul claro. A continuación del armario había una gran puerta transparente que daba al balcón. Me giré y sonreí a Danny, acababa de ver una foto de Miley Cyrus pegada al lado de la almohada, él siempre la había adorado, le parecía guapísima, aunque probablemente no se sabía ni una canción suya. Di unos pasos y me senté en la cama, tenía una colcha suave de círculos de distintos tonos de azules. Me tumbé en ella y miré el techo, tenía la mancha de un balonazo.
- Sigues jugando al fútbol en tu habitación? - le pregunté. Se puso rojo y bajó la cabeza. Me acababa de acordar de una vez que había ido a su casa, él estaba jugando al fútbol y su hermana entró en la habitación llena de barro, Danny se enfadó porque había manchado todo y de la rabia le dio un balonazo, tiró tan fuerte que Carla llegó al final del pasillo y tiró el jarrón favorito de su madre por el impacto. Desde ese momento se prometió no volver a jugar dentro de la casa al fútbol. Pero estaba claro que no lo había podido cumplir.
- Es que sabes que el fútbol es mi pasión, no lo puedo evitar - dijo poniendo escusas. Me reí y se tiró encima de mí. Diosss, pesaba más de lo que recordaba, no podía respirar.
- Danny, me aplastas - dije apenas sin aire. Se incorporó un poco y empezó a hacerme cosquillas. Nos tiramos el resto de la tarde haciendo el tonto. Me enseñó un montón de fotos de Estados Unidos y después me vino a buscar mi madre, que había tardado media hora en encontrar la casa.
- Bueno, mañana vengo a buscarte y vamos a la playa, vale? - le dije, ya que él no sabía donde estaba mi casa.
- Claro, a las 10? - me preguntó, yo asentí. Se acercó a mí y me dio dos besos, me despedí con la mano y me fui a mi casa.
Esa noche soñé con él, le había echado tanto de menos.
Andrea es una chica normal que acaba de empezar el instituto y, con él, empiezan sus problemas. Se enamorará por primera vez y tendrá que luchar por ese amor...
martes, 30 de noviembre de 2010
domingo, 28 de noviembre de 2010
Capítulo 13
Me desperté al día siguiente bastante tarde, algo raro en mi. Me levanté convencida de que tenía que olvidar a Christian, aunque no estaba segura de poder conseguirlo. Fui hacia la cocina para comer algo, cogí una magdalena y un batido, no me apetecía ponerme un vaso de leche. Desayuné rápido y me fui a vestir. Me puse unos vaqueros y una camiseta azul pegada. Me fui al pueblo,porque había quedado con Alicia.Cuando llegué a la fuente donde habíamos quedado ella aún no había llegado. Esperé unos minutos. De repente noté como alguien se me acercaba por detrás y me ponía la mano en el hombro, me giré rápidamente asustada.
- Joder, que susto me has dado !!! - grité, era el estúpido de Christian.
- Bueno, no hace falta que me mates - dijo como si no hubiese pasado nada.
- Qué quieres? - le dije bordemente, estaba muy molesta por todo.
- Hey, qué te pasa? Sólo quiero estar con mi amiga - dijo extrañado, le miré a los ojos, a esos preciosos ojos azules, supe que mentía, que sabia lo que me pasaba.
- A mí? A mi no me pasa nada, y a ti? Que raro que no estés con tu novia no? - le dije cabreada.
- No tengo porque estar todo el rato con ella, tu eres mi amiga, no? - me dijo poniendo cara de niño bueno, se estaba divirtiendo un montón, pero a mi no me hacía gracia.
- Pues no sé yo si somos tan amigos - le contesté. Puso cara rara, pero no pudo disimular una pequeñísima sonrisa. En ese momento llegó Alicia.
- Hola chicos, siento haber llegado tarde Amanda, pero mi madre es un pesada - dijo Ali.
- Hola - le dijo Christian sonriendo.
- Y este que hace aquí? - me preguntó.
- Y yo que sé - le contesté como haciendo que me daba igual -. Bueno nos vamos? - le pregunté.
- Sí vamos - respondió Ali. Christian se quedó allí mientras nos íbamos.
Fuimos a dar una vuelta por las tiendas, y no dejé de pensar en porque Christian me hacía esto, sabía que estaba sufriendo, lo vi en sus ojos y se estaba divirtiendo, se estaba portando fatal conmigo. Se lo conté a Alicia pero no entendía porque hacía eso. Volvimos a la fuente donde habíamos quedado, la iban a venir a recoger sus padres allí.
- Hola, chicas - dijo la madre de Alicia, era una mujer rubia y muy guapa, era muy maja.- ¿Qué tal os lo habéis pasado?
- Muy bien mamá, pero yo estoy agotada, podemos irnos ya a casa? - dijo Alicia.
- Claro, vámonos - respondió su madre.
- Chao Amanda, nos vemos mañana en la playa, okis? - me dijo Alicia, yo asentí, nos dimos una abrazo y se fue. Yo me quedé allí un rato más, no me apetecía ir a mi casa y aguantar al pesado de mi hermano. Me fui a comprar un helado, hacía mucho calor. Me fui dar una vuelta por la orilla de la playa, se estaba genial allí, con la brisa fresca. De repente oí una voz que me llamaba, era imposible no distinguirla, era el chico al que tanto quería.
- Hola - me dijo acercándose a mi corriendo.
- Hola, qué quieres? - le dije secamente, le quería un montón pero estaba muy herida.
- Valla, que ánimos me traes hoy, no? - dijo -. ¿Qué te pasa?
- Deberías saberlo - le dije muy seriamente.- Christian, eras mi mejor amigo y de repente te pones a salir con Nicole y pasas de mi como si fuese una mierda, eso duele, sabes? - le dije sincerándome.
- Voy a ser te sincero, a mi no me gusta Nicole, le dije que sí simplemente para...- se quedó callado, yo estaba en estado de shock, no le gustaba Nicole, no estaba enamorado de ella! Era el día más feliz de mi vida.
- Para que? - le dije un poco más relajada.
- Pues, para darte celos, Amanda yo te quiero y quería ver si te fastidiaba, para ver si tu sentías lo que siento yo - me dijo con la cabeza gacha, me quedé con la boca abierta, él me quería!! Levantó la vista, me miró y se me acercó. Nuestros labios estaban a 3 centímetros, me iba a besar!!!
- Amanda! Amanda eres tú? - dijo una voz por detrás de mí, jopé, justo ahora nos interrumpían? Me giré, era un chico rubio de unos preciosos ojos verdes, me miraba y sonreía.
- Danny! - fui corriendo hacia el chico rubio y le abracé fuertemente.- Oh Dios, Danny no me lo puedo creer qué haces aquí? - Danny fue mi primer amigo del colegio, el único que me había hecho caso desde primero de primaria a sexto, era mi mejor amigo y llevaba un año sin verle, él se había ido un año a vivir a Estados Unidos para mejorar su inglés y yo le había echado mucho de menos.
- Pues que tenía ganas de ver las playas españolas y mi madre ha alquilado una casa aquí para lo que queda de verano - me explicó sin dejar de abrazarme. - Jo, te he echado tanto de menos - me dijo abrazándome aún más fuerte.
- Y yo a ti, te quiero un montón, que lo sepas - le dije.
- Y yo a ti. Bueno y quien es ese chico de ahí? - dijo señalando con la cabeza a donde estaba Christian. Ya no me acordaba que estaba ahí, no me acordaba del casi beso, sólo podía pensar en que mi mejor amigo había vuelto.
- Es Christian, un amigo - le contesté. -Christian este es Danny, mi mejor amigo del mundo entero, siempre ha estado ahí para apoyarmen en lo que necesitaba y me ha defendido de todo el mundo - les presenté.
- Hola Christian, encantado de conocerte - dijo alegremente Danny alargando la mano.
- Hola - contestó Christian con un tono de voz bastante raro, nunca le había oído hablar así a nadie, pero le estrechó la mano.
- Bueno Amanda, te vienes a mi casa? Mi madre tenía muchas ganas de verte - me propuso Danny.
- Ok, vamos - le contesté, su madre era una persona maravillosa, muy amable y gran amiga de mis padres. - Bueno Christian, me voy, nos vemos mañana. Chao - le dije con una gran sonrisa en la cara. Danny y yo nos alejamos abrazándonos, todavía no me podía creer que estuviese allí, conmigo.
Danny
- Joder, que susto me has dado !!! - grité, era el estúpido de Christian.
- Bueno, no hace falta que me mates - dijo como si no hubiese pasado nada.
- Qué quieres? - le dije bordemente, estaba muy molesta por todo.
- Hey, qué te pasa? Sólo quiero estar con mi amiga - dijo extrañado, le miré a los ojos, a esos preciosos ojos azules, supe que mentía, que sabia lo que me pasaba.
- A mí? A mi no me pasa nada, y a ti? Que raro que no estés con tu novia no? - le dije cabreada.
- No tengo porque estar todo el rato con ella, tu eres mi amiga, no? - me dijo poniendo cara de niño bueno, se estaba divirtiendo un montón, pero a mi no me hacía gracia.
- Pues no sé yo si somos tan amigos - le contesté. Puso cara rara, pero no pudo disimular una pequeñísima sonrisa. En ese momento llegó Alicia.
- Hola chicos, siento haber llegado tarde Amanda, pero mi madre es un pesada - dijo Ali.
- Hola - le dijo Christian sonriendo.
- Y este que hace aquí? - me preguntó.
- Y yo que sé - le contesté como haciendo que me daba igual -. Bueno nos vamos? - le pregunté.
- Sí vamos - respondió Ali. Christian se quedó allí mientras nos íbamos.
Fuimos a dar una vuelta por las tiendas, y no dejé de pensar en porque Christian me hacía esto, sabía que estaba sufriendo, lo vi en sus ojos y se estaba divirtiendo, se estaba portando fatal conmigo. Se lo conté a Alicia pero no entendía porque hacía eso. Volvimos a la fuente donde habíamos quedado, la iban a venir a recoger sus padres allí.
- Hola, chicas - dijo la madre de Alicia, era una mujer rubia y muy guapa, era muy maja.- ¿Qué tal os lo habéis pasado?
- Muy bien mamá, pero yo estoy agotada, podemos irnos ya a casa? - dijo Alicia.
- Claro, vámonos - respondió su madre.
- Chao Amanda, nos vemos mañana en la playa, okis? - me dijo Alicia, yo asentí, nos dimos una abrazo y se fue. Yo me quedé allí un rato más, no me apetecía ir a mi casa y aguantar al pesado de mi hermano. Me fui a comprar un helado, hacía mucho calor. Me fui dar una vuelta por la orilla de la playa, se estaba genial allí, con la brisa fresca. De repente oí una voz que me llamaba, era imposible no distinguirla, era el chico al que tanto quería.
- Hola - me dijo acercándose a mi corriendo.
- Hola, qué quieres? - le dije secamente, le quería un montón pero estaba muy herida.
- Valla, que ánimos me traes hoy, no? - dijo -. ¿Qué te pasa?
- Deberías saberlo - le dije muy seriamente.- Christian, eras mi mejor amigo y de repente te pones a salir con Nicole y pasas de mi como si fuese una mierda, eso duele, sabes? - le dije sincerándome.
- Voy a ser te sincero, a mi no me gusta Nicole, le dije que sí simplemente para...- se quedó callado, yo estaba en estado de shock, no le gustaba Nicole, no estaba enamorado de ella! Era el día más feliz de mi vida.
- Para que? - le dije un poco más relajada.
- Pues, para darte celos, Amanda yo te quiero y quería ver si te fastidiaba, para ver si tu sentías lo que siento yo - me dijo con la cabeza gacha, me quedé con la boca abierta, él me quería!! Levantó la vista, me miró y se me acercó. Nuestros labios estaban a 3 centímetros, me iba a besar!!!
- Amanda! Amanda eres tú? - dijo una voz por detrás de mí, jopé, justo ahora nos interrumpían? Me giré, era un chico rubio de unos preciosos ojos verdes, me miraba y sonreía.
- Danny! - fui corriendo hacia el chico rubio y le abracé fuertemente.- Oh Dios, Danny no me lo puedo creer qué haces aquí? - Danny fue mi primer amigo del colegio, el único que me había hecho caso desde primero de primaria a sexto, era mi mejor amigo y llevaba un año sin verle, él se había ido un año a vivir a Estados Unidos para mejorar su inglés y yo le había echado mucho de menos.
- Pues que tenía ganas de ver las playas españolas y mi madre ha alquilado una casa aquí para lo que queda de verano - me explicó sin dejar de abrazarme. - Jo, te he echado tanto de menos - me dijo abrazándome aún más fuerte.
- Y yo a ti, te quiero un montón, que lo sepas - le dije.
- Y yo a ti. Bueno y quien es ese chico de ahí? - dijo señalando con la cabeza a donde estaba Christian. Ya no me acordaba que estaba ahí, no me acordaba del casi beso, sólo podía pensar en que mi mejor amigo había vuelto.
- Es Christian, un amigo - le contesté. -Christian este es Danny, mi mejor amigo del mundo entero, siempre ha estado ahí para apoyarmen en lo que necesitaba y me ha defendido de todo el mundo - les presenté.
- Hola Christian, encantado de conocerte - dijo alegremente Danny alargando la mano.
- Hola - contestó Christian con un tono de voz bastante raro, nunca le había oído hablar así a nadie, pero le estrechó la mano.
- Bueno Amanda, te vienes a mi casa? Mi madre tenía muchas ganas de verte - me propuso Danny.
- Ok, vamos - le contesté, su madre era una persona maravillosa, muy amable y gran amiga de mis padres. - Bueno Christian, me voy, nos vemos mañana. Chao - le dije con una gran sonrisa en la cara. Danny y yo nos alejamos abrazándonos, todavía no me podía creer que estuviese allí, conmigo.
Danny
sábado, 20 de noviembre de 2010
Capítulo 12
Me desperté con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar. Y sin quererlo recordé el bello rostro de Chrisian, era perfecto, pero de repente apareció Nicole. Empecé a hacer pucheros y me volví a echar a llorar. Enterré la cara en en la almohada. Sonaron unos golpecitos en la puerta. Me limpié los ojos y respire profundamente.
- ¿Quién es? - pregunté intentando sonar lo más normal posible.
- Amanda, ha venido Alica - dijo mi madre desde el otro lado de la puerta - Le digo qué pase?
- Sí - contesté mientras me volvía a limpiar la cara. Me levanté de la cama y me acerqué a un espejo que tenía en la pared de la habitación. Estaba roja como un tomate. Me acerqué a la mesilla de noche de al lado de mi cama, abrí el cajón y saqué una toallita para refrescarme la cara. Oí como se abría la puerta de la calle, seguramente Alicia había estado con mi perro un rato ( medio minuto). Llamó a la puerta. Me tunvé en la cama y tiré la toallita debajo de ella.
- Pasa - grité. Alicia asomó la cabeza y entró sin abrir la puerta apenas. Cuando quería era muy cuidadosa, de esa manera si mi madre andaba por ahí no me vería con los ojos hinchados.
- Hola, ¿qué tal? - me preguntó mientras se sentaba a mi lado y me abrazaba.
- Fatal. Tía es que, yo no os lo he contado, pero estoy super enamorada de él - le confesé.
- Bueno, sabía que te gustaba, eso es algo. Pero te gusta tanto como para ponerse a llorar? - preguntó.
- Pues supongo que sí, ¿no me ves los ojos? - dije, ella asintió .- Me alegro por tu hermana, pero no por mí. ¿ Cómo le puede gustar a Christian Nicole si ni siquiera ha estado con ella? - dije sin necesitar una respuesta.
- No sé - Alicia me abrazó, se me derramó otra lágrima y me la sequé con el dedo.
- ¿Dónde está tu hermana? - le pregunté.
- Pues con este, con quien si no. Le adora, pero es como siempre sólo le quiere porque es guapo porque ni siquiera sabe como es su carácter, pero si es que siempre le pasa lo mismo - dijo enfadada, Alicia siempre se preocupaba por lo que hacía Nicole, porque era muy impulsiva y no se paraba a pensar.
- Sí, pero esta vez, Christian le gustará, porque es majo, dulce...- tuve que parar o me echaba a llorar otra vez. Alicia me volvió a abrazar. Probrecilla se iba a hartar de tantos abrazos que me daba.
- Ven, vamos al baño. Te lavas la cara, te peinas, te pones guapa y nos vamos a dar una vuelta a que te de un poco el aire - me propuso Alicia. No me apetecía nada, pero Ali era muy convincente.
Salió ella primero de la habitación, cuando se cercioró de que mi madre no me vería me llamó, salí y entramos al baño. Me lavé la cara. Me peiné, recomiéndome el pelo, no me gustaba como me quedaba y me lo volví a soltar. Ya estaba más tranquila y no parecía que hubiese llorado. Nos fuimos a la habitación. Abrí el armario, genial, ahora me tocaba pasar lo mismo que todas las mañanas,¿qué me pongo? Cogí unos vaqueros oscuros con una camiseta gris que me caía por el hombro y los botines grises.
- ¡Qué guapa estás! Me tienes que dejar esa camiseta eh - me dijo Alicia, estaba loca, estaba fatal, sobre todo con esa cara de amargada que llevaba yo. Salimos de la habitación y fuimos al salón. Mi madre estaba leyendo un libro, uno que le había recomendado yo, "Corazón de tinta" y Jonattan estaba haciendo los deberes.
- Mamá, Alicia y yo nos vamos a dar una vuelta, vale? - le dije, levantó la mirada de su libro.
- Bueno vale, pero ayuda primero a tu hermano con las matemáticas - me dijo, siempre estaba poniendo condiciones. Resoplé y me acerqué a la mesa. Estaba con las divisiones de dos cifras en el dividendo. En media hora lo hacía perfecto.
Nos fuimos al paseo de la playa. Eran las 20.22 y ya habían abierto los puestos. Nos dimos una vuelta. Vi unas cuantas pulseras chulas, pero no tenía muchos ahorros, seguro que mi abuela me regalaría alguna otro día. Nos fuimos a la heladería. Oh no, estaban Christian y Nicole tomandose un helado en una de las mesas más alejadas al paseo. Recé porque no me viesen. Nos pusimos a la cola, joo siempre nos poníamos de acuerdo todos los del pueblo para venir a la misma hora a la heladería o qué? Alicia no había visto a su hermana, y me estaba contando no se qué de una amiga suya. Yo mientras miraba de reojo donde estaban estos dos. Se estaban riendo. Estaban jugando a mancharse con el helado, Nicole tenía un poco en la nariz y Christian se estaba limpiando la boca. Parecían críos, jo, como me gustaría a mí ser también una cría y jugar a mancharme con Christian. Por suerte ya no tenía ganas de llorar, sólo estaba celosa de mi amiga.
Ya nos tocó en la fila, después de haber estado esperando 10 minutos. Me pedí un helado de vainilla, como el que me comí una tarde con Christian. Es que todo lo que hacía me recordaba a él. Alicia se cogió uno de leche merengada, buafff que asco, lo odiaba.
- Nos sentamos? - me preguntó Alicia.
- Eeehh, mejor nos vamos a dar una vuelta, no me apetece estar quieta - mentí, estaba muerta, pero no quería ver como se divertían Christian y Nicole. Los miré una última vez mientras Alicia se agachaba porque se le había caído una servilleta. Estaban hablando, Nicole sonreía y Christian hablaba, en ese momento Christian giró la cabeza y me vio mirándolos. Desvié rápidamente la mirada, así que no sé si se sorprendió o que se le pasó por la mente al verme allí.Alicia se incorporó.
- Bueno, vámonos - me dijo. Salimos de la heladería y volvimos a los puestos. Estuvimos merodeando una hora por allí. Luego me fui a mi casa.
- Holaa - grité al entrar.Me saludó mi madre y mi hermano. Mi abuela estaba cocinando. Pasé a la cocina. Gggrrruuuu, eran mis tripas!
- ¿Qué hay de cenar? Me muero de hambre - le pregunté a mi abuela mientras le daba un beso.
- Arroz y tortilla.
Cuando terminé de cenar me fui a mi habitación, cogí un rato el ordenador. Me conecté al tuenti pero no había nadie, joo que rollo. Me quedé sopa sobre las doce.
- ¿Quién es? - pregunté intentando sonar lo más normal posible.
- Amanda, ha venido Alica - dijo mi madre desde el otro lado de la puerta - Le digo qué pase?
- Sí - contesté mientras me volvía a limpiar la cara. Me levanté de la cama y me acerqué a un espejo que tenía en la pared de la habitación. Estaba roja como un tomate. Me acerqué a la mesilla de noche de al lado de mi cama, abrí el cajón y saqué una toallita para refrescarme la cara. Oí como se abría la puerta de la calle, seguramente Alicia había estado con mi perro un rato ( medio minuto). Llamó a la puerta. Me tunvé en la cama y tiré la toallita debajo de ella.
- Pasa - grité. Alicia asomó la cabeza y entró sin abrir la puerta apenas. Cuando quería era muy cuidadosa, de esa manera si mi madre andaba por ahí no me vería con los ojos hinchados.
- Hola, ¿qué tal? - me preguntó mientras se sentaba a mi lado y me abrazaba.
- Fatal. Tía es que, yo no os lo he contado, pero estoy super enamorada de él - le confesé.
- Bueno, sabía que te gustaba, eso es algo. Pero te gusta tanto como para ponerse a llorar? - preguntó.
- Pues supongo que sí, ¿no me ves los ojos? - dije, ella asintió .- Me alegro por tu hermana, pero no por mí. ¿ Cómo le puede gustar a Christian Nicole si ni siquiera ha estado con ella? - dije sin necesitar una respuesta.
- No sé - Alicia me abrazó, se me derramó otra lágrima y me la sequé con el dedo.
- ¿Dónde está tu hermana? - le pregunté.
- Pues con este, con quien si no. Le adora, pero es como siempre sólo le quiere porque es guapo porque ni siquiera sabe como es su carácter, pero si es que siempre le pasa lo mismo - dijo enfadada, Alicia siempre se preocupaba por lo que hacía Nicole, porque era muy impulsiva y no se paraba a pensar.
- Sí, pero esta vez, Christian le gustará, porque es majo, dulce...- tuve que parar o me echaba a llorar otra vez. Alicia me volvió a abrazar. Probrecilla se iba a hartar de tantos abrazos que me daba.
- Ven, vamos al baño. Te lavas la cara, te peinas, te pones guapa y nos vamos a dar una vuelta a que te de un poco el aire - me propuso Alicia. No me apetecía nada, pero Ali era muy convincente.
Salió ella primero de la habitación, cuando se cercioró de que mi madre no me vería me llamó, salí y entramos al baño. Me lavé la cara. Me peiné, recomiéndome el pelo, no me gustaba como me quedaba y me lo volví a soltar. Ya estaba más tranquila y no parecía que hubiese llorado. Nos fuimos a la habitación. Abrí el armario, genial, ahora me tocaba pasar lo mismo que todas las mañanas,¿qué me pongo? Cogí unos vaqueros oscuros con una camiseta gris que me caía por el hombro y los botines grises.
- ¡Qué guapa estás! Me tienes que dejar esa camiseta eh - me dijo Alicia, estaba loca, estaba fatal, sobre todo con esa cara de amargada que llevaba yo. Salimos de la habitación y fuimos al salón. Mi madre estaba leyendo un libro, uno que le había recomendado yo, "Corazón de tinta" y Jonattan estaba haciendo los deberes.
- Mamá, Alicia y yo nos vamos a dar una vuelta, vale? - le dije, levantó la mirada de su libro.
- Bueno vale, pero ayuda primero a tu hermano con las matemáticas - me dijo, siempre estaba poniendo condiciones. Resoplé y me acerqué a la mesa. Estaba con las divisiones de dos cifras en el dividendo. En media hora lo hacía perfecto.
Nos fuimos al paseo de la playa. Eran las 20.22 y ya habían abierto los puestos. Nos dimos una vuelta. Vi unas cuantas pulseras chulas, pero no tenía muchos ahorros, seguro que mi abuela me regalaría alguna otro día. Nos fuimos a la heladería. Oh no, estaban Christian y Nicole tomandose un helado en una de las mesas más alejadas al paseo. Recé porque no me viesen. Nos pusimos a la cola, joo siempre nos poníamos de acuerdo todos los del pueblo para venir a la misma hora a la heladería o qué? Alicia no había visto a su hermana, y me estaba contando no se qué de una amiga suya. Yo mientras miraba de reojo donde estaban estos dos. Se estaban riendo. Estaban jugando a mancharse con el helado, Nicole tenía un poco en la nariz y Christian se estaba limpiando la boca. Parecían críos, jo, como me gustaría a mí ser también una cría y jugar a mancharme con Christian. Por suerte ya no tenía ganas de llorar, sólo estaba celosa de mi amiga.
Ya nos tocó en la fila, después de haber estado esperando 10 minutos. Me pedí un helado de vainilla, como el que me comí una tarde con Christian. Es que todo lo que hacía me recordaba a él. Alicia se cogió uno de leche merengada, buafff que asco, lo odiaba.
- Nos sentamos? - me preguntó Alicia.
- Eeehh, mejor nos vamos a dar una vuelta, no me apetece estar quieta - mentí, estaba muerta, pero no quería ver como se divertían Christian y Nicole. Los miré una última vez mientras Alicia se agachaba porque se le había caído una servilleta. Estaban hablando, Nicole sonreía y Christian hablaba, en ese momento Christian giró la cabeza y me vio mirándolos. Desvié rápidamente la mirada, así que no sé si se sorprendió o que se le pasó por la mente al verme allí.Alicia se incorporó.
- Bueno, vámonos - me dijo. Salimos de la heladería y volvimos a los puestos. Estuvimos merodeando una hora por allí. Luego me fui a mi casa.
- Holaa - grité al entrar.Me saludó mi madre y mi hermano. Mi abuela estaba cocinando. Pasé a la cocina. Gggrrruuuu, eran mis tripas!
- ¿Qué hay de cenar? Me muero de hambre - le pregunté a mi abuela mientras le daba un beso.
- Arroz y tortilla.
Cuando terminé de cenar me fui a mi habitación, cogí un rato el ordenador. Me conecté al tuenti pero no había nadie, joo que rollo. Me quedé sopa sobre las doce.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Capítulo 11
Christian se quedó muy sorprendido, respiró profundamente. Miró hacia donde estaba yo y me pilló intentando oír su conversión. Volvió a girar la cabeza y miró intensamente a Nicole. Christian hizo un movimiento con la cabeza y los dos se fueron a dar un paseo. Aaaarrgggg, así no sabría lo que le respondería. Por favor que le diga que no, por favorrrr. Me empecé a marear, apoyé la cabeza en la toalla y cerré los ojos. A los cinco minutos empecé a calmarme. No me había dado cuenta de que Alicia me estaba mirando.
- Estás preocupada, no? - me preguntó.
- Pues claro, y si le dice que sí? Como iba a soportar yo eso? Tía, no puedo más, me voy a dar un baño - le dije super angustiada. Me levanté tambaleándome, parecía un pato borracho, cualquiera que me viera... Me metí lentamente en el agua, estaba congelada pero lo agradecí. Metí la cabeza en el agua helada. Ya estaba mejor. Nadé un poco y volví a la orilla. Me senté en la toalla y me envolví un poco con otra. Cuando me hube secado, me puse en la silla que estaba al lao de Alicia. Me puse a leer con ella la revista que sostenía entre sus manos. De repente algo nos tapó el sol, levanté la mirada, era Christian.
- Hola, ¿qué tal? Os apetece un bañito? - preguntó. Dónde estaba Nicole? Qué le habría respondido?
- Eeehhh...yo me acabo de bañar... - respondí un tanto incómoda.
- Amm, pero ya estás seca, no? - dijo, insistiendo - y tú te vienes?- le preguntó a Alicia.
- No, no tengo ganas - respondió.
- Tiene la regla - dije para que Christian no se sintiese mal porque nadie quería ir con él. Alicia me atizó con la revista.
- No tengo la regla idiota - dijo enfadada.
- Ya lo sé - respondí. Los dos se que dieron con una cara como diciendo: entonces pa que dices eso?
- Da igual, dejarlo. Era para que el bobo este no se sintiera mal - expliqué.
- Ammm - dijeron los dos.
- Entonces, nadie viene conmigo? - dijo poniendo pucheritos.
- Noooo, pesado - dije. Estaba de mal humor porque no sabía si eran novios o qué. Entonces ví a Nicole, que se acercaba a nosotros. Venia muy sonriente, ooohhh nooo esto pintaba mal..
- Hola chicos - dijo super alegre.
- Hola - respondió Christian con una sonrisa. Me temía lo peor. Christian le puso una mano alrededor de la cintura y le dio un beso en la mejilla. Alicia y yo nos quedamos alucinadas.
Sentí como si me exprimieran el corazón. Sentí una gran presión en el pecho. Nunca me había pasado nada así. Me sentía fatal. Deprimida. Desilusionada. Sin ganas de nada. Me sentía como el culo. Tenía ganas de llorar. De gritar. De golpear algo. Sólo había sentido algo parecido cuando murió mi abuelo, pero ahora sentía más furia. Intenté disimular. Nosé si se dieron cuenta o si me salió bien, pero no me importaba nada.
- Chicos, creo que es tarde, además, tengo hambre. Así que me parece que me voy a ir llendo - le dije, no soportaba estar ni un minuto más viendo como Christian abrazaba a Nicole. Cogí mis cosas y me despedí con la mano, ya que no sabía si iba a ser capaz de pronunciar ni una sola palabra más sin echarme a llorar. Fui lo más rápido que pude a mi casa. Entré practicamente corriendo.
- Hola cariño, que pronto has vuelto, no? - dijo mi madre.
- Emm...sí - dijo bastante bajito - Es que me aburría - se me quebró la voz. No aguantaba más.
- Te pasa algo? - preguntó preocupada. Negué con la cabeza gacha, ya que tenía los ojos llorosos. Y me fui a mi habitación. Una vez allí me desplomé en la cama. Me puse a llorar. Estuve así hasta que me quedé dormida.
- Estás preocupada, no? - me preguntó.
- Pues claro, y si le dice que sí? Como iba a soportar yo eso? Tía, no puedo más, me voy a dar un baño - le dije super angustiada. Me levanté tambaleándome, parecía un pato borracho, cualquiera que me viera... Me metí lentamente en el agua, estaba congelada pero lo agradecí. Metí la cabeza en el agua helada. Ya estaba mejor. Nadé un poco y volví a la orilla. Me senté en la toalla y me envolví un poco con otra. Cuando me hube secado, me puse en la silla que estaba al lao de Alicia. Me puse a leer con ella la revista que sostenía entre sus manos. De repente algo nos tapó el sol, levanté la mirada, era Christian.
- Hola, ¿qué tal? Os apetece un bañito? - preguntó. Dónde estaba Nicole? Qué le habría respondido?
- Eeehhh...yo me acabo de bañar... - respondí un tanto incómoda.
- Amm, pero ya estás seca, no? - dijo, insistiendo - y tú te vienes?- le preguntó a Alicia.
- No, no tengo ganas - respondió.
- Tiene la regla - dije para que Christian no se sintiese mal porque nadie quería ir con él. Alicia me atizó con la revista.
- No tengo la regla idiota - dijo enfadada.
- Ya lo sé - respondí. Los dos se que dieron con una cara como diciendo: entonces pa que dices eso?
- Da igual, dejarlo. Era para que el bobo este no se sintiera mal - expliqué.
- Ammm - dijeron los dos.
- Entonces, nadie viene conmigo? - dijo poniendo pucheritos.
- Noooo, pesado - dije. Estaba de mal humor porque no sabía si eran novios o qué. Entonces ví a Nicole, que se acercaba a nosotros. Venia muy sonriente, ooohhh nooo esto pintaba mal..
- Hola chicos - dijo super alegre.
- Hola - respondió Christian con una sonrisa. Me temía lo peor. Christian le puso una mano alrededor de la cintura y le dio un beso en la mejilla. Alicia y yo nos quedamos alucinadas.
Sentí como si me exprimieran el corazón. Sentí una gran presión en el pecho. Nunca me había pasado nada así. Me sentía fatal. Deprimida. Desilusionada. Sin ganas de nada. Me sentía como el culo. Tenía ganas de llorar. De gritar. De golpear algo. Sólo había sentido algo parecido cuando murió mi abuelo, pero ahora sentía más furia. Intenté disimular. Nosé si se dieron cuenta o si me salió bien, pero no me importaba nada.
- Chicos, creo que es tarde, además, tengo hambre. Así que me parece que me voy a ir llendo - le dije, no soportaba estar ni un minuto más viendo como Christian abrazaba a Nicole. Cogí mis cosas y me despedí con la mano, ya que no sabía si iba a ser capaz de pronunciar ni una sola palabra más sin echarme a llorar. Fui lo más rápido que pude a mi casa. Entré practicamente corriendo.
- Hola cariño, que pronto has vuelto, no? - dijo mi madre.
- Emm...sí - dijo bastante bajito - Es que me aburría - se me quebró la voz. No aguantaba más.
- Te pasa algo? - preguntó preocupada. Negué con la cabeza gacha, ya que tenía los ojos llorosos. Y me fui a mi habitación. Una vez allí me desplomé en la cama. Me puse a llorar. Estuve así hasta que me quedé dormida.
sábado, 13 de noviembre de 2010
Capítulo 10
Al día siguiente me desperté temprano, como a las 9.30 más o menos. Intenté volver a dormirme pero no podía, estaba nerviosa, que haría hoy? Cería a Christian? Fui al salón y me puse un vaso de leche con galletas. Cogí el ordenador y me conecté al msn. Estaba Eva, mi mejor amiga del mundo entero. Eva era más baja que yo, tenía el pelo largo, negro y a capas, era lista y muy maja, aunque a veces era un poco mandona. Ella se había quedado en A Coruña, no se había ido a ningún sitio de vacaciones. Me contó cosas del chico que le gustaba, dejo que estaban medio saliendo, pero serían imaginaciones suyas, siempre estaba así. Había mil chicas locas por él, hasta de cinco años menos que él. A las 10.12 dejé el ordenador, ya se había levantado mi hermano. Llamaron a la puerta, eran Alicia y Nicole, se iban a la playa y querían que fuese con ellas. Pasaron al comedor mientras yo me preparaba, me puse un bikini rojo, me peiné y me recogí el pelo en una coleta. Mientras me la hacía sonó el móvil. Era Christian.
- Sí? - dije
- Hola, soy Christian, qué haces? - dijo.
- Pues haciendome una coleta - le contesté - Me iba a ir a la playa con estas.
- Ah - dijo con voz rara.
- Hey, qué pasa? - pregunté.
- A mí? Nada - contestó.
- Seguro? - pregunté, oí como asentía - Quieres venir?
- A la playa? Vale - contestó ya más alegre.
- Vale pues vente yaaaa - dije.
- Ok, besos - dijo apurado.
Salí del baño.
- Venga vámonos - dijo Alicia.
- No, esperar, que viene Christian - dije. A Nicole se le iluminó la cara y Alicia puso una cara rara. A los diez minutos llegó Christian y nos bajamos pa la playa.
Como siempre, lo primero que hicimos fue ir a bañarnos. Hicimos un rato el tonto en el agua, esta vez no me pelee con Christian. Salimos del agua a tomar el sol.
- Christian puedo hablar contigo? - dijo Nicole.
- Claro - respondió él. Se levantó y se alejó un poco. Moví la cabeza para oír mejor. Al principio sólo oí susurros de Nicole y luego empecé a oír más.
- Entonces, ¿quieres ser mi novio? - dijo ella. Me quedé estupefacta. No lo podía creer, ella se había lanzado y sólo había estado dos días con él y ni siquiera habían hablado.
CONTINUARÁ...
Capítulo 9
Me despertó mi madre
- Amanda, ha venido Christian a buscarte - me dijo. "Christian!!" pensé. Me levanté de golpe y vi como la puerta estaba entre abierta. Miré el reloj, eran las 18.22. Había dormido unas tres horas.
- Ok, dile que pase - dije mientras me iba corriendo al baño. Me miré en el espejo. Buaff que pelos. Tenía un montón de enredones. Cogí el cepillo y empecé a peinarme. Casi lo rompo. Me lavé la cara. Me pinté los labios con un brillo de sabor a fresa. Salí del baño y me fui a mi cuarto. Abrí el armario. Argg, que horror de ropa. Tenía que comprarme algo. Al final me puse unos vaqueros y una camisa de cuadros de distintos tipos de morados con un cinturón plateado encima. Salí de mi habitación y me fui al salón. Christian estaba sentado en el sofá mirando la tele, aunque creo que no la veía, simplemente la estaba mirando. Cuando entré al salón Christian se giró y me miró. Sonrió. Estaba vestido con unos pantalones blancos caídos y una camisa blanca y azul. Estaba guapísimo, el azul le quedaba genial.
- Hola, qué tal? - me dijo sin parar de sonreir.
- Estaba genial hasta que has venido tu - dijo to borde.
- Muchas gracias, siempre le gusta a uno que le digan eso - dijo irónicamente. Levanté las cejas, me esperaba otra reacción.
- Bueno, para qué has venido? - pregunté.
- Pues para verte - me contestó dulcemente. No me lo podía creer, de verdad me había dicho eso?
- Ya...- no sabía que decirle.- Bueno, y qué hacemos?- Pues no sé, quieres dar una vuelta? - preguntó.
- Ok, pero no muy larga, que me canso - respondí.
- Que quejita eres - dijo para picarme, aunque era verdad, no se porque había dicho eso, yo me tiraba toda la tarde andando con mis amigas por el barrio donde yo vivía.
- Es que hoy estoy cansada - le dije.
- Bueno, vamos? - dijo.
- Claro - dije. - Mamá, me voy a dar una vuelta! - grité.
- Vale, no llegues más tarde de las nueve - dijo, siempre poniendo condiciones, grr. Pero a dónde se creía que me iba? A la otra punta del mundo?
- Tranquila, la traeré aquí a las ocho y media - dijo Christian. Salimos fuera, y vi un ollo en el césped, Rufo se iba a cagar. Rufo era mi perro, era mezcla, es decir, chucho, lo adoptamos porque el abuelo de mis primas iba a matarlo porque no sabía cazar. Lo malo es que se portaba muy mal. Papá siempre le estaba pegando y regañandole.
- Rufo !!! - grité. De reojo vi como Christian se tapaba el oido, siempre me habían dicho que era la que más fuerte gritaba de toda mi clase.
- Tú grita más - me dijo un poco cabreado. Me giré y le sonreí maliciosamente.
- ¿Quién es Rufo? - preguntó.
- Mi perro, o mejor dicho, el tonto de mi perro - respondí.
- Ah, oye si quieres nos lo llevamos, a mí me encantan los perros - me sugirió.
- Ok, pero primero hay que encontrarlo, y va a ser difícil - le advertí.
- Rufooooooooo !!! - gritó, de repente vi como venía mi perro corriendo a toda velocidad de detrás de la casa. Era increíble, Christian podía hacer todo.
- Vaaaya - dije asombrada - te hace caso.
- Claro que sí, es que tu no sabes como tratar a un perro - me dijo, ya empezaba, que pesao.
Nos fuimos al paseo de la playa, Rufo se estaba portando mejor que núnca. Nos fuimos a comprar un helado. Los dos lo queríamos de vainilla y lo compartimos. Más que dos amigos, parecía que esto era una cita, pero yo sabía que no lo era, no debía hacerme ilusiones. Se me pasó el tiempo volando, ya eran las 7.30. Nos quedamos en la playa un rato.
- Joder - dijo de repente Christian.
- ¿Qué pasa? - pregunté asustada.
- Pues que he perdido toda la tarde haciendo el idiota - contestó el subnormal este.
- Ah, era eso? Bueno yo también, y encima mi siesta ha sido más corta por tu culpa, pero yo no me quejo - dije. Miré el reloj, ya eran las 8.42.
- Me voy - dije.
- Bueno, quieres que te acompañe? - dije.
- No hace falta, ya comprobaste el otro día que no me pierdo - dije, pero quería que me acomopañase.
- Vale, pues me voy - dijo, y me dio un beso (en la mejilla). Me quedé alucinada. Guaaaala.
Llegué a casa muy contenta. Mi madre puso mala cara al ver que llagaba pronto y que venía contenta, pero no dijo nada. Cené arroz y pescado, que asco, odio el pescao. Cuando terminé me fui a la cama y me puse a leer. El libro que tenía ahora era Memorias de idhún:Tríada. Estaba muy interesante. Pero si yo fuese Victoria me quedaría con Jack. Al rato me quedé frita.
CONTINUARÁ...
Capítulo 8
- Qué? Con razón estaba tan rara - dije yo super sorprendida.
- Sí, ya ves, amor a primera vista - dijo Alicia preocupada, Nicole era su hermana pequeña y tenía que protegerla.
- Pero, Alicia, tu has visto a Christian, ese chico tiene más de 15 años, y tu hermana acaba de cumplir 13, no es un poco mayor para ella?
- Sí, pero ya sabes como es ella, si se le mete algo en la cabeza no hay quien se lo saque - dijo aún más preocupada . Nos dimos la vuelta para volver a las toallas, no habíamos andado casi nada. Nicole estaba tomando el sol y Christian estaba, leyendo mi revista!!! Pero qué hacía, es que le gustaba Justin Bieber?
- Que, entretenida? - pregunté sin esperar una respuesta, seguro que ahora intentaría defenderse.
- Pues sí, no sabía lo bien que vestía Miley - respondió. Que, es que lo hacía por joder o qué? En esa revista Miley salía super atrevida, eran las fotos del Rock in Rio.
- Ya, supongo que las chicas con las que sales visten parecido, no? - le pregunté, en el fondo estaba enfadada y molesta pero lo disimulé bien.
- Bueno, en realidad yo prefiero que vistan más normal, unos vaqueros y una camiseta, y vestidos y faldas para ocasiones especiales. Pero hay que admitir que Miley sale... - dejo la frase sin terminar y puso una sonrisa pícara.
- Bueno, yo tengo hambre - dije para cambiar de tema, y de repente me sonó la tripa.
- Jajaja, sí, se nota - dijo riéndose Christian.
- Sí, tengo hambre, pero no hace falta que te rías, que seguro que tu también tienes - le contesté.
- Pues sí, pero a mi no me suenan las tripas delante del chico que me gusta - dijo el muy idiota.
- Estas insinuando que me molas? - dije echando humo.
- No, que va...- dijo irónicamente.
- Pues no, no me gustas, que te quede bien clarito, ok?
- Está bien, lo que tu digas. Oye, porque no nos vamos a comer los cuatro por ahí? - dijo Christian.
- Ok, voy a llamar a mi madre - dije yo y me alejé un poco. Volví en cinco minutos, me había costado convencer a mi madre. A Nicole no le apetecía venir y Alicia se iba a ir con ella. Así que al final íbamos a ir todos menos ellas dos, es decir, Christian y yo.
Dimos una vuelta y acabamos en el Espasso, un restaurante italiano. Yo me pedí una pizza y Christian igual.
- Bueno, y tú, cuántos años tienes? - me preguntó de repente Christian.
- Quince recién cumplidos, y tú? - pregunté.
- Casi diecisiete - dijo, y me sonrió.
- Valla, cuando te vi en la tienda pensé que tenías quince, eres tan infantil - le dije para cabrearle, y era verdad, en la tienda no pensé que tuviese más de dieciséis, tenía cara de niño bueno, pero luego en la playa supe que era mayor.
- Jaja, muy graciosa - dijo irónicamente.- Pues yo pensé que eras una vagabunda que ibas a pedir limosna a la tienda, con esas pintas que llevabas - dijo contraatacando.
- Sí, bueno lo que tú digas - dije para que parase ya, la verdad es que no se me ocurría que más decirle, e iba a quedar mal.- Has terminado ya?
- Sí, hace un rato, pero no dije nada para no dejarte mal, eres tan lenta - me dijo. Sacudí la cabeza, como diciendo que no iba a contestar a sus chorradas.
- Camarero! - dijo Christian para que nos trajesen la cuenta. Pagamos cada uno nuestra pizza, aunque el había intentado pagar todo, pero yo no le dejé, yo era una chica independiente, y eso de que pague el chico está muy pasado.
- Bueno, venga que te acompaño - me dijo.
- No hace falta, no me voy a perder, sabes? - contesté.
- Sí eso lo dices ahora. Pero luego, cuando esté viendo las noticias por la noche, saldrá tu madre llorando porque no has vuelto a casa - me dijo el muy estúpido. Puse mala cara, pero seguía sin ocurrirseme nada, dónde estaban todos los insultos que se me ocurrían para mi hermano y que me los tenía que tragar para que mis padres no me regañasen? Es que se me habían gastado todos? Grrr. Al final acabó acompañandome.
- Genial, otros 20 minutos aguantándote - dije.
- No se tarda tanto, bueno sí, se me olvidaba lo lenta que eres - dijo.
- Te estás repitiendo, ya me has llamado lenta antes.
- Ya, pero es para ver si aceleras, pero veo que no - dijo el pesado.
- ¿Quieres echar una carrera? - pregunté.
- Está bien, pero luego no llores si pierdes. Tres, dos, uno...ya!!!
Salí corriendo lo más rápido que pude, me sacaba unos dos metros, no era tanto. Empecé a ir más lenta, me estaba cansando. Ya me sacaba como cinco metros. Joer, es que no se cansaba. Se giró y me sonrió, ahora se hacía el chulito, corriendo de espaldas, ojalá se tropezase con una piedra. Aceleré, aprovechando que de espaldas iba más lento. Le pasé, se volvió a girar y a ir de frente, pero iba más lento, me estaba dejando ganar. Llegamos casi a la vez, él llegó unos segundos antes.
- Gané - dijo apoyando las manos sobre las rodillas y subiendo la cabeza para poner una media sonrisa.
- Te dejé ganar - mentí.
- Jajaja, no seas mentirosa - dijo riéndose.
- Bueno, vale no te dejé, pero es que tú tienes las piernas más largas, y eso no es justo - le dije, poniendo morritos.
- Fue tu idea, no la mía, yo te lo advertí, habértelo pensado mejor - dijo con razón.
- Bueno, vale. Adios - dije.
- Adios - dijo con una sonrisa en la cara, siempre estaba sonriendo. Le devolví la sonrisa.
- Sueña conmigo, ok? - me dijo desde lejos.
- En tus sueños chaval - dije, se lo tenía muy creído, y lo peor es que me gustaba de verdad. Espero que sólo lo dijese para fastidiar y no pensase de verdad que estaba por él.
- Vale! - gritó, y volvió a sonreír. Entré en casa, estaba agotada por la carrera y me tiré al sofá.
- Hola cariño - me saludó mi madre entrando al salón.
- Hola - dije apenas sin aliento.
- Qué tal te lo has pasado? - preguntó.
- Bien, bueno el agua estaba helada, Y al final Alicia y Nicole no han venido a comer - contesté. Ala, ya me había ido de la lengua, ahora sabría que Christian y yo habíamos ido solos a comer.
- Vic!!! - gritó mi padre - puedes venir un momento? No encuentro mi camisa de rayas.
- Voy - respondió mi madre. "Te quiero papá" pensé. Al rato me quedé sopa en el sofá.
CONTINUARÁ...
Capítulo 7
¿Qué? A veces alucinaba con Alicia, ¿es que era adivina o qué?
- A veces odio que me conozcas tan bien - le dije sonriendo. - Es que es monísimo y super simpático.
- Sí, lo es, pero, entonces ¿por qué lo tratas así? Parece que le odias más que a tu hermano - dijo con toda la razón del mundo, le trataba fatal, pero apenas le conocía, tenía que tratarle mejor.
- Ok, le trataré mejor que a mi hermano, pero sólo eso, ¿vale? Que te conozco y luego te pones más pesada, que no hay quien te aguante - le contesté, y se empezó a reír. Volvimos al salón.
- Christian, he pensado que como aquí no conoces a nadie mañana te podrías venir con nosotras a la playa- le preguntó Alicia. Es que está claro que esta niña es tonta, yo le había dicho que le trataría bien, no que me iba a hacer su amiga.
- No creo que le apetezca venir, somos tres chicas y mi hermano, se va a aburrir muchísimo- dije intentando salir de este lío.
- No, iré, seguro que me lo paso mejor que en mi casa- dijo mientras me sonreía.
- Bueno pues nos vemos mañana, ¿vale? Yo me voy a mi casa que ya es tarde. Adiós- dijo Alicia mientras me daba un beso y después un abrazo a Christian. Hala, genial, ya me había dejado sola con el chico. Christian se sentó en el sofá y me miró como diciendo "siéntate", ¿qué?, ¿es que ahora me invitaba a sentarme en mi propia casa? "Qué majo" pensé irónicamente. Me senté a su lado. Estuvimos un rato viendo una película. Pero ni me enteré de qué iba, no sabía ni siquiera si era de amor, de peleas, de miedo o de intriga. Lo único que podía hacer era mirar sus ojos azules, sus perfectos labios...Cuando terminó la película se fue. Antes de que se fuese le dije que al día siguiente viniese a mi casa a las 11 de la mañana y nos íbamos juntos a la playa. Me fui a la cama, pero no me podía dormir. ¿Qué me pasaba? Yo nunca había tenido problemas de sueño. Por fin me dormí. Al día siguiente me levanté a las 9, estaba agotada y si me volvía a dormir no me daría tiempo a prepararme. Me fui a desayunar, mi abuela me hizo unos huevos revueltos con bacon. Después vi media hora la tele y me fui a mi cuarto. Ahora tenía que elegir el bikini para el primer día de playa. Me probé unos cuantos, pero todos eran horribles.Al final me puse uno de rayas blancas y azules del año pasado. Qué asco, estaba super blanca. Grrrr. Me eché crema para no tener que echármela en la playa muriéndome de calor. Lo primero que iba a hacer era ir a bañarme. Sonó el timbre. Fui a abrir, era él, estaba guapísimo, iba con una camiseta blanca y un bañador del color de sus ojos, azul.
- Pasa- le dije- espera, que voy al baño un momento.
- Vale- me dijo
Me metí en el baño, tenía el pelo horrible, todo aplastado en la cara. Me lo recogí en una coleta y me fui al salón. Cuando llegué, Christian estaba viendo a mi hermano jugar a la play.
- Deja que te ayudo, este juego me lo he pasado unas 10 veces- le dijo Christian a mi hermano, jo, es que encima se llevaban bien. Chris era perfecto.
- ¿Vamos? - le pregunté.
- Espera- dijo mientras seguía con la play- ya - dijo en unos 10 segundos... si que era rápido. Se levantó del sofá y se quedó quieto mirándome y sonriendo. No, por favor, no hagas eso que me da vergüenza. Nada, seguía, ya me había puesto roja, seguro, me ardían las mejillas. Su sonrisa se ensanchó más, le devolví la sonrisa. Se giró y fue hacia la puerta.
- Mamá, ¡me voy a la playa !!!- grité, y como no me decía nada me fui. Llegamos a la playa, era grande y no había mucha gente, el mar estaba tranquilo y allí estaban mis amigas
- ¡Hola!! - gritó Alicia. Nicole se había quedado quieta mirándonos a Christian y a mí, ¿qué le habría contado su hermana? La verdad, podría haber sido cualquier cosa.
- Hola - respondió Christian - yo soy Christian, tú debes de ser Nicole, ¿no? - preguntó girándose hacia Nicole.
- Sí, ¿te han hablado de mí? - preguntó ella mirándome a mí. Yo señalé con la cabeza a Alicia, y Nicole asintió.
- Vaya...si que os parecéis! ¿Sois gemelas?- preguntó Christian. Nicole se puso roja, pero a ésta ¿qué le pasaba? Y Alicia se rió.
- Jeje, siempre nos dicen lo mismo, pero no, sólo somos hermanas - contestó Ali.
- Buaff, ¡qué calor! ¿Podemos ir a bañarnos, por favor? - dije yo.
- Ok, yo me apunto, síque hace calor, yo soy de Santander y allí no hace tanto calor - dijo mi chico perfecto. Se quitó la camiseta blanca, guau...¿ese chico tenía quince años? Cuántos músculos!
- ¿Venís? - les pregunté a las chicas.
- Sí- dijeron las dos a la vez, se empezaron a reír.
Yo fui la primera en ir hacia el agua, tenía demasiado calor, toqué el agua con los dedos de los pies y di un salto pequeño para atrás.
- Ah!, está helada, jope, ya se me han quitado las ganas- dije malhumorada. Vi como Christian sonreía al tocar el agua. Se metió hasta las rodillas.
- Vamos Amanda, ¡no está tan fría!- me gritó desde el agua. Se metió entero, y me hizo un gesto con la mano para que fuese, yo volví a meter el pie en el agua y sacudí con la cabeza. Vi como Christian se acercaba a mí. Me quedé embobada mirándolo y no me di cuenta de lo que iba a hacer. Llegó junto a mí, sonriendo, y ahí me di cuenta de todo.
-¡¡¡No!!! No, en serio, te lo pido por favor, no lo hagas- empecé a gritar. Christian ensanchó más su preciosa sonrisa y todo mojado me cogió como un bebé y se fue corriendo al agua. Yo seguía gritando que parase pero no quería que lo hiciese, cuando el agua le llegaba por la cintura me soltó. Pegué un fuerte grito cuando llegué al agua helada.
- Aaaahhhhh!!!!!
Christian se empezó a reír, y se puso a hacerme aguadillas. Estuvimos así diez minutos más o menos. Ya no me acordaba de que en la orilla estaban Alicia y Nicole. Paré de jugar, y de reojo ví como Christian miraba hacia la orilla, igual que yo. Nicole se iba a la hamaca con cara tristona. Y Alicia dudaba en lo que hacer. Le hice un gesto para que viniese. Se metió bastante rápido, algo raro en ella. Y enseguida nos salimos los tres. De camino a las toallas, Christian y yo no parábamos de hacernos bromas, y darnos empujones. Jo, yo que había estado toda la noche pensando cosas para fastidiarle y me había vencido su sonrisa, sí que era débil. Nos pusimos a tomar el sol.
- Parece que os lleváis bastante bien - dijo un poco cortante Nicole.
- Pero ¿qué dices? Es imposible llevarse bien con este niñato - dije yo bastante convincente. Él se quedó asombradísimo, no se esperaba que dijese algo así.
- Vaya, creía que te caía bien - me dijo.
- Ya, ¿a que soy buena actriz? - le dije chulita, yo no era así pero era más divertido si le hacía de rabiar.
- Pues si te caigo tan mal, sí que eres buena, deberías ser Hannah Montana - dijo esto último irónicamente.
- Jaja, muy gracioso - le respondí.
- Oye, ¿podéis parar? Sois insoportables - dijo Nicole. Seguro que le iba a bajar la regla porque estaba irritable.
- ¿Puedo hablar contigo un momento? - me preguntó Alicia, que había estado tan callada que se me había olvidado que estaba allí.
- Claro, ¿vamos a dar un paseo? - le dije. Me asintió y nos levantamos.
- Oye, supongo que habrás notado que mi hermana está insoportable hoy, no?- me preguntó Alicia.
- Sí, ¿qué demonios le pasa?
- Pues...que...a ella...le...gusta Christian.
CONTINUARÁ...
Capítulo 6
Qué? No, no, noooooo. Ella no podía haber llegado justo en ese momento.Alicia era la hermana pequeña, la de trece años. Era muy maja pero muy cotilla. Por esa razón no debía dejar que viese a Christian o pronto se creería todo el pueblo que me gustaba. Y lo peor, ella y Nicole insistirían en que saliese con él, algo que yo no quería ni por asomo. Buagggg, que asco sólo de pensarlo. Yo nunca había tenido novio. Nadie me había gustado lo suficiente, ni me habían pedido salir. Por eso tenía que echar a Alicia de mi casa.
- ¡¡¡Hola!!! - grité con la mayor alegría que pude.- Te echaba de menos - dije mientras le daba un fuerte abrazo sin dejarla pasar.- ¿Y qué tal está tu hermana? Seguro que muy bien ¿no?-dije muy nerviosa.
- Sí- respondió extrañada, ya se había dado cuenta de que me pasaba algo, jooo- ¿Te pasa algo? Estás muy rara.-no quería responder o se daría cuenta de que mentía así que lo hice mediante gestos. Me señalé y negué con la cabeza. - ¿Seguro?, me dijo- yo asentí .- Bueno... si tu lo dices...¿qué tal en el pueblo?- Nooo, esa era la pregunta que quería evitar. ¿Qué le iba a decir ahora?
- Pues un rollo como siempre - dije poniendo cara aburrida.
- Oh, pues qué pena, nosotras hemos dado un paseo por la playa y hemos visto chicos muy guapos.
- Ya estáis otra vez, sois un poco pequeñas, no? - éstas eran capaces de tirarse todo el verano así.
- No - dijo sacándome la lengua.-Bueno ¿vas a dejarme pasar a tu casa? O no?
- ¿Para qué? Aquí se está muy bien, en la puerta de mi casa - dije poniendo una sonrisa falsa.
Negó con la cabeza, me retiró de la puerta y pasó . Fue hacia el salón y le vio. Se quedó con la boca abierta.
- ¿Quién es? - me preguntó
- Soy Christian, un amigo de Amanda - contestó el bobo ese, como si le hubiesen preguntado a él.
- Bueno amigo, lo que se dice amigo no es-dije bajito para que no me oyese y volviese a hablar más de la cuenta. Pero parece que los dos lo oyeron y Alicia me miró con cara entre maravillada y sorprendida.
- Nooo!!! A ver, pero tú qué te has creído? - le dije a Alicia, yo ya sabía lo que estaba pensando- no es mi novio- le dije totalmente enfadada y a voz en grito. Si a ella le gustaba se lo regalaba.
- Ah, bueno, vale hija, ¿qué pasa? ¿que una no se puede confundir?. Bah, no sé qué te pasa hoy, pero estás tonta.
Mientras tanto Christian se estaba partiendo el culo, ¿qué pasa? ¿le parecía divertido que estuviésemos discutiendo? ¿O qué le pasaba a éste? De verdad no le aguantaba, pero era tan mono... Ya estaba otra vez discutiendo conmigo misma. Esto me solía pasar mucho. Siempre me peleaba conmigo misma.
- Y tu ¿de qué te ries, eh? A ver, sí, listo, ¿qué te hace tanta gracia?- le grité, ya me había cabreado.
- Yo, de nada - dijo mientras intentaba parar de reír-. Pero es que cuando se te hincha la vena...
- Jajaja- dije irónicamente. Me acerqué a él y le di una colleja floja. Se empezó a reír más. Era tan mono...
Alicia se quedó media hora más contándome como le había ido el curso. También me dijo no sé qué de unos hermanos que se habían mudado aquí, seguro que alguno le gustaba, ella era así.
- Amanda, ¿me acompañas al baño? -preguntó Alicia...¿qué quería ahora la pesada? Era mi mejor amiga pero...
- Tengo que preguntarte una cosa - me dijo cuando hubimos entrado en el baño-. A ti... ¿te gusta Christian, verdad?
Capítulo 5
-¡Qué buena idea, hija!, deberías enseñarle el pueblo- dijo mi madre, a ella también la odio, grrr. ¿Cómo podía decir eso? Está claro que está loca, eso o quería arruinarme la vida. La miré desesperada pero no me hacía ni caso. Me giré, obviamente con mala cara, y fui en dirección contraria. Le enseñé el pueblo rápidamente, ya que no había mucho que ver. Él se mostró simpático todo el rato, pero no me daba buenas vibraciones. ¿Y si tramaba algo? ¿Y si me raptaba porque era un loco psicópata? "Para ya", pensé. Estaba loca, cómo iba a hacer algo así con esos ojos tan bonitos. La verdad me encantaba, pero tenía que olvidarme de él.
- Bueno, y tú ¿dónde vives?- preguntó mientras íbamos a la heladería donde estaban mis padres.
- ¿Y a ti qué te importa?- pregunté de mala manera. Si nos hacíamos amigos no podría olvidarle.
- No hace falta que te pongas así- dijo riéndose, porque se reía, no había dicho nada gracioso- sólo era curiosidad. Jajaja- le puse una cara rara y se empezó a reír más fuerte. Pero qué bobo era. Sacudí la cabeza y seguí andando. Cuando llegamos a la heladería mis padres no estaban allí.
-Creo que mis padres se han ido a casa. Así que me voy- dije, esta vez educadamente. No se merecía que lo tratase mal. Él no había hecho nada. Puso una cara triste, no me podía hacer eso, ¿por qué?
- ¿Puedo acompañarte? Por favor, yo aquí no tengo ningún amigo- preguntó con la misma cara de pena.
- Vale- le contesté en tono cansado, sabía que lo hacía a posta, él no estaba triste, ¿o sí?
Llegamos a casa y mi madre lo invitó a cenar. De repente sonó el timbre. Fui a abrir la puerta.
- Hola- dijo Alicia.
CONTINUARÁ...
Capíulo 4
Eran preciosos, los más bonitos que había visto nunca, tendría más o menos los mismos años que yo, unos quince. Él me miraba con cara preocupada, tendiéndome la mano.
- De verdad lo siento mucho, no te había visto. Deja que te ayude -dijo con una dulce voz. Pero le ignoré y me levanté yo sola. Ese chico parecía el típico guaperas al que perseguían todas las chicas, seguro que era un chulito de mierda y yo no iba perseguirle como una idiota. Él puso una cara rara, parecía sorprendido.
- Vaya, parece que no necesitas ayuda- dijo, y bajó la mano. Me dí la vuelta con intención de irme, pero el chico de ojos azules me agarró el brazo, me giré y me puse como una loca, hasta que me crucé con su mirada. No sabía como alguien podía hacerme sentir así. Pero yo no podía enamorarme ahora.
-¡Eh! ¿Qué haces? - le grité. La dependienta se giró y se puso un dedo en la boca para que me callase. ¡Ni que fuera una biblioteca! Qué vieja chiflada.
- No hago nada, es que no quiero que te vayas aún. Quiero compensarte por haberte tirado- se giró hacia las gafas que estaba mirando yo antes, cogió unas, las que más me gustaban, fue hacia la dependienta y las pagó. ¿Por qué se compraba unas gafas de chica?
-Toma, para ti - dijo, extendiendo la bolsa donde estaban guardadas las gafas.
-¿Para mí?- pregunté extrañada...¿por qué me regalaba unas gafas de sol? Él asintió con la cabeza.
- Soy Christian y acabo de mudarme aquí, a España. Soy de Italia. Y tú, ¿cómo te llamas?
Christian, que nombre tan ridículo, pensé. Pero tenía que responderle o pensaría que era estúpida.
- Soy Amanda, y vengo aquí todos los años- respondí un poco con mala leche. No aguantaba a ese chulito, aunque la verdad no me había hecho nada. Cogí las gafas, me giré y me fui. Noté como me seguía pero pasé de él. Cuando llegué a la heladería vi que estaban mis padres y el tonto de mi hermano.
-Hola cariño - dijo mi madre y miró por detrás de mí - ¿ sabes que tienes un chico detrás de ti?
- Soy Christian, señora. Me acabo de mudar a España y pasaré todo el verano aquí y había pensado que Amanda podía enseñarme el pueblo, no lo conozco- dijo Christian antes de poder responder yo...¡qué idiota!. Cómo podía decir eso, a mi no me había dicho nada, ahora iba a hacerse el simpático con mi madre.
LE ODIO !!!
CONTINUARÁ...
Capítulo 3
Llegamos al pueblo en 10 minutos, ya que la casa estaba en una urbarnización a las afueras. Nos tiramos el resto de la mañana en el Mercadona comprando comida, qué rollo. Me tiré todo el rato con mala cara.
- Chaval.. ¡qué rollo, no aguanto más !- dije. Mi madre me miró con mala cara como diciendo "luego hablamos". Odiaba esa mirada, cada vez que la ponía me caía una bronca del quince, pero había que aguantarse porque era una enana. Después nos fuimos a comer a un restaurante. Me comí una hamburguesa, porque a mi madre no le gustaba nada... ¡que se jorobase! Ya habíamos terminado de comer, y le dije:
-Yo paso de acompañarte a comprar un estúpido bolso color mierda- dije, desahogándome un poco.
-Oye, niña, no me hables así, que soy tu madre -dijo mamá con tono exigente- pero vete a donde quieras.
- Eso haré- dije, orgullosa de mí misma. Me fui al Ale-Hop mi tienda favorita de Calpe. Allí había un poco de todo, aunque era pequeña. Había adornos, gafas de sol, juguetes para niños, fundas de móviles...
En ese momento me puse a mirar las gafas de sol, estaban chulísimas. Y de repente alguien me empujó por detrás y me caí al suelo. ¡Ay!, qué daño me hice. De repente, el torpe que me había empujado me dio la mano.
- Lo siento muchísimo- dijo una voz de chico, yo aún miraba al suelo- deja que te ayude, por favor.
Levanté la mirada para poner mala cara al causante de mi caída, pero no pude. Levanté la mirada y me encontré con unos preciosos ojos azules.
CONTINUARÁ...
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